Conclusión

El día de hoy, haremos el cierre de este observatorio que iniciamos hace unos meses atrás. A lo largo de estas semanas de trabajo crítico académico, notamos como al interior del grupo hemos sido conscientes de nuestra formación como investigadoras rigurosas con capacidad de trabajar en grupo.

Ahora bien, académicamente hablando vemos cómo las ciencias sociales tienen un universo investigativo en la ciudad; Bogotá se vislumbró como un ente complejo con muchas relaciones entre agentes y componentes sociales como la economía, la política, las políticas públicas, el territorio y el entretenimiento entre otros.

Curiosamente en este semestre hubo situaciones particulares que nutrieron y complejizaron nuestro análisis, la situación por excelencia a la que nos enfrentamos fue el dramático ‘caso Petro’, quien dentro de la ciudad creó injerencia a la cultura desde su gobierno mismo, desde sus sustitutos que permitieron ciertas acciones como borrar los grafitis de la 26, incluyendo los dedicados a las víctimas y desde las reacciones de resistencia a su destitución como movilización, teatro, arte, etc hasta los grafitis en las paredes defendiendo al procurador.

Esta situación nos ayuda a entender cómo la cultura y las manifestaciones artísticas son sumamente personales y de expresiones comunitarias, profundamente arraigadas a la emotividad humana; es imposible entonces que se desarrollen en su totalidad sin en el apoyo estatal. Por tanto la cultura es sumamente política, tanto en sus contenidos como en su capacidad organizativa, de ahí la importancia de las instituciones dedicadas a la cultura y las ideologías que la permean. 

Otro punto importante es cómo la cultura y su relación con la representatividad de las personas generan identidades que también consolidan nuestra percepción como colombianos y que impulsa a salvaguardar nuestras tradiciones a partir del conocimiento y la reivindicación de la misma.

Sin embargo, teniendo en cuenta los esfuerzos distritales y privados por abrir y generar más campos, eventos y convocatorias respecto a la cultura, el arte, el turismo y el deporte, notamos a partir del riguroso seguimiento durante las 10 semanas, que sigue existiendo un porcentaje significativo de la población a la cual se le dificulta acceder a este tipo de expresiones, ya sea por la exclusividad de estas, los costos, o la movilidad entre otros factores. Es importante recalcar que esto podría deberse a la falta de trabajo en conjunto e inversión entre las entidades de carácter privado y público para hacer de las expresiones culturales algo más cercano a la ciudadanía.

En nuestras dos salidas de campo pudimos observar lo previamente especificado, existe un tejido social y una identidad sobre el espacio como un lugar de encuentro y expresión artística pero la falta de promoción de estos eventos hace que la participación se presente por los habitantes del sector. En el Chorro de Quevedo convergen una amplia variedad de actores sociales quienes evidencian la diversidad cultural con que cuenta Bogotá y que le da elementos para la construcción de una identidad cultural.

Cerramos nuestro blog siendo testigos de numerosos eventos culturales que se llevaron a cabo en la ciudad, finalizamos con la Feria Internacional del Libro y en retrospectiva pudimos presenciar el Festival Iberoamericano de teatro, el Festival alternativo, la conmemoración del natalicio de Julio Cortázar y Octavio Paz, la muerte y reacciones frente a esta del Nobel colombiano Gabriel García Márquez, carreras nocturnas fomentando la actividad física, pronunciación frente a la eliminación de grafitis sobre la calle 26, entre muchos otras expresiones que nos llevan a concluir que Bogotá sigue siendo una puerta abierta a la construcción de espacios para la ciudadanía y su recreación, planeación de eventos tanto locales como internacionales, promoción de artistas, entre otras formas de tratar de impulsar la cultura en la ciudad. 

Así mismo celebramos que la cultura esté jugando tan importante papel dentro de lo que se ha comenzado a llamar el “post conflicto”, ya que este necesita que todos los sectores de la sociedad nacional se interesen y aporten algo, pues tras más de 50 años viviendo diariamente con la guerra, la violencia, el dolor, el olvido y el odio, la gente y el país mismo se ha acostumbrado a esto, a vivir en medio de odios, intereses, desapariciones y muertes el país está planteándose una nueva cotidianidad, nuevos modos de afrontar las situaciones, de decidir sobre temas que no se podían ni siquiera discutir, y ahí el papel de la cultura es fundamental, ya que bien puede ser un medio para lograr el perdón y la reconciliación al tiempo que es su responsabilidad que el país no olvide lo sucedido, sino que con base a su pasado de los primeros pasos hacia un presente y ojalá un futuro más pacífico y fructífero para la población colombiana.

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