Bitácora 7

Bogotá se vestirá de festival desde el 4 de abril, evidenciando una fiesta que cada dos años se toma la cultura citadina. Hay que resaltar que el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, consigue reunir a algunos de los mejores artistas escénicos de talla internacional, abriendo espacios de apreciación teatral por parte de los que pueden disfrutar del festival. Sin embargo, somos testigos de la exclusión simbólica que significa este evento para los residentes y turistas promedio de Bogotá. El festival, al ser patrocinado por una entidad privada, demuestra de forma evidente el alto costo que conlleva disfrutar las representaciones ricas en cultura y en trabajo artístico, representaciones que podrían apreciarse y elevarse hasta el 100% de espectadores, si el muro económico tan fuerte que merece disminuyera el costo. Aproximadamente, un espectador del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, gasta entre 300.000 y 900.000 pesos en obras, talleres y conciertos. También están los espectadores que son invitados por los artistas y los estudiantes que podrán asistir al menos a obras que costarán hasta 25.000 pesos. 

Colectivamente, consideramos que sería más rentable disminuir el costo de algunas obras del festival y así, aumentar el número de espectadores en salas como las del Teatro Julio Mario Santo Domingo, La Castellana o el Coliseo deportivo -no es lo mismo 30 espectadores que pagan una entrada de 180.000 pesos, a 2.000 espectadores que paguen 20.000 pesos- por obras de arte que merecen la pena ser vistas por los bogotanos. 

Como respuesta al inconformismo económico evidente del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, surge el Festival Alternativo de Teatro de Bogotá, el cual busca ser un puente de comunicación entre los bogotanos y el arte escénico, con precios que puede costear la población estudiantil y/o trabajadora de la ciudad.

Tomado de: El Colombiano
Por otra parte, es posible evidenciar el alto impacto que han tenido, en los festivales pasados, propuestas gratuitas del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, donde colombianos y extranjeros comparten experiencias y conocimientos filosóficos y artísticos, por ejemplo en las conferencias que se presentan en los auditorios propuestos y los eventos callejeros que embellecen por horas partes centrales de Bogotá. Lo anterior entonces, da cuenta del aumento del número de personas participantes en eventos culturales, del fuerte interés crecientemente progresivo y del movimiento artístico-cultural de una Bogotá que desea ser más participe en las expresiones de arte teatral.

Vale mencionar que el tema de la exclusión y el difícil acceso de toda la población a las expresiones artísticas no se limita al aspecto económico, es evidente que en muchas ocasiones no se tiene en cuenta la población discapacitada y los elementos que ella requiere para la participación en dichas muestras culturales. Tristemente, aquellas iniciativas tan valiosas que pretenden incluir y fomentar la participación de la población discapacitada, como es el caso de la Biblioteca Luis Ángel Arango con su taller para lectores con discapacidad visual, no cuentan con la promoción, el reconocimiento o el interés general, igualmente se presentan muy esporádicamente o son, a pesar de todo bastante limitadas, por lo cual no es posible que el total de la población discapacitada acceda a ellas periódicamente. 

Esperamos la ciudad disfrute al máximo del Festival y todo lo que con él viene. 

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